DÍAS MALOS: CÓMO SALIR DE ELLOS CON GRATITUD Y ATENCIÓN PLENA
Guía Práctica Para Iniciarse En La Gratitud
A menudo me sorprendo a mi misma, pensando “que horror de día he tenido hoy”: he tenido una conversación tensa con mi hermano, me han hablado mal en el supermercado al hacer la cola, no he encontrado el parking que yo quería, he tenido una reunión complicada con una familia en el trabajo, hacía calor, ha llovido.
Por cualquiera de esas pequeñas cosas, me doy el lujo de pensar que he tenido un día horrible, sentada en un sofá de 2000€, en una casa en propiedad, con un sueldo mensual, con una salud de hierro, con un hijo maravilloso, una pareja que me acompaña, una familia que me sostiene, unos amigos que me hacen la vida más fácil,…
Realmente, ¿en qué RAZONES me baso para pensar que he tenido un día horrible? ¿Cómo le hago esto a mi cabeza, a mi cuerpo, a mis sentimientos? Me hago a mi misma creer que el estrés o los nervios que he pasado en esa reunión son realmente horribles. Al decirme que la situación vivida ha sido mala, mi cerebro piensa que hay un tigre que me está persiguiendo por la jungla y enciende todos los mecanismos de protección contra el estrés de mi cuerpo y del sistema nervioso de emergencia: desde una simple incomodidad a una sensación de cansancio extremo ( sin haber corrido una maratón), llegando a posibles episodios de ansiedad.
Pero a mi no me ha perseguido ningún tigre. No ha habido ninguna circunstancia extrema. Simplemente he tenido situaciones en mi vida que he decidido afrontar de manera negativa. Quizás si en la conversación con mi hermano hubiera tenido una actitud más empática, no la hubiera vivido de esta manera. Tuve la posibilidad de sonreír en el supermercado y simplemente dejar pasar la situación. Podría haber aparcado en otro lugar.
Con mis actitudes hacia las situaciones vividas he creado una situación negativa para mi cuerpo.
La verdad es que estas situaciones negativas se suceden constantemente en nuestras vidas. Sin darnos cuenta nos vamos cargando con situaciones negativas que nos impiden vivir más plenamente. Existe una relación directa entre pensamientos, sentimientos y el comportamiento que provocan.
Me imagino un árbol, que de tanto viento, tantas circunstancias adversas vividas o imaginadas se queda sin hojas. La fuerza del árbol no nace de las hojas, ni de sus frutos, ni de sus ramas. La fuerza del árbol, de nosotros mismos nace de nuestras raíces. En nuestro caso, nace de nuestro interior.
LA FUERZA DEL ÁRBOL NACE DE SUS RAÍCES
Es por esta razón, por la que cuando me noto gris, con pensamientos oscuros, sin luz, con cansancio me paro y RESPIRO. Respiro y AGRADEZCO. Esta es mi clave. El agradecimiento por cualquier pequeño detalle o momento vivido. Este es uno de los grandes aprendizajes de Joan Gallardo, un auténtico crack en temas de desarrollo personal y halterofilia. Te animo a que oigas alguno de sus episodios del podcast diario que hizo durante un año. Cualquiera de los episodios, son oro puro, pero te recomiendo este en concreto Podcast de Joan Gallardo: Gracias, gracias, gracias
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Te dejo mi MUST en agradecimiento. Cuando el agradecimiento sale del corazón, para mí es como un bálsamo. Me libera de cargas inventadas, de situaciones vividas, de angustias y de amenazas inventadas.
MUST en agradecimiento: 30 acciones fáciles para superar un mal día
- Pienso en el apoyo que me brinda mi familia
- Agradezco al coche que me cedió el paso al cruzar
- Doy las gracias a mi ciudad, Ibiza, que me acogió hace casi 20 años
- Me siento afortunada por mi amiga, mi gran amiga.
- Doy las gracias por el rayo de sol que entra en mi despacho
- Reconozco el poder de mi sonrisa. Hubo un tiempo que no la encontraba.
- Escucho a Joan Gallardo (búscale en instagram, vale la pena. Oro puro)
- Me premio con una flor roja: las flores rojas, me encantan
- Saboreo mi té sentada en la ventana con calma.
- Disfruto del calor de Ibiza.
- Me complace sentir la lluvia de ayer
- Reconozco mi salud
- Doy las gracias por la playa: La playa en verano, la playa en invierno, la playa en primavera, la playa en otoño.
- Me siento bendecida al sentarme en una roca, cerca del mar, sin hacer nada.
- Disfruto al escuchar la lista de Peaceful Piano de Spotify. Por ahora, ninguna música me ha dado más paz.
- Me complace releer por enésima vez el libro El Médico de Noah Gordon. No se que tiene esa increíble aventura medieval, que me encantan todas sus partes.
- Siento placer al disfrutar de comerme una manzana roja Pink Lady: Con esa mezcla de dulzor y de acidez perfecta en cada bocado.
- Me premio al darme un masaje con aceite de almendras y aceite esencial de lavanda por las mañanas, mientras me repito que me quiero hasta el infinito y más allá
- Me gratifica la sonrisa de mis alumnos al llegar a clase
- Me premio visitando mi bar favorito en Ibiza, el Soul Good. Ya con el nombre lo dice todo.
- Reconozco los aprendizajes del año pasado en plena pandemia. La paciencia fue uno de ellos.
- Recuerdo la mano de mi hijo en la mía al caminar.
- Agradezco vivir mis 45 años, cada día con más ilusión y más proyectos.
- Recuerdo mis paseos por Edimburgo: pura emoción. Su zona antigua y sus zonas verdes.
- Agradezco por las personas de las que me he liberado: ya sean amigos, parejas, familiares o compañeros,…
- Me enorgullezco por conseguir meditar sin dormirme: algo que al principio nunca pensé que conseguiría.
- Me premio con un helado vegano
- Me deleito comiendo mi plato favorito: tortilla de patatas.
- Acaricio el colgante que me regaló mi madre y la pulsera que me regaló mi tía.
- Mis aprendizajes de este año: desde cómo doblar una sábana hasta cómo superar una gran pérdida.
Y si recordar, disfrutar, aprender no es suficiente o no encuentras el momento para hacerlo, te invito a que utilices esta pequeña técnica fácil y sencilla, para la que siempre tendrás un momento:
- Cierra tus ojos, haz una respiración larga y profunda que te conecte con el presente.
- Suelta el aire lentamente, de manera lenta y constante.
- Di en voz alta, desde el corazón, tres acciones, momentos, personas o situaciones por las que sientes agradecimiento.
- Sonríe.
Te aseguro que tu día cambiará para siempre. Practícalo siempre que lo desees.
Y ya sabes, si sientes que tus días se llenan de sombras y tu vida te pesa cada vez más, SÍLBAME Y YA VOY!
