En mi casa, desde hace muchos años, todo se arregla con la ayuda de la Quiropráctica. ¿Te duele el pie? Díselo a la quiropráctica. ¿Te duele la cabeza? Díselo a la quiropráctica. ¿Tienes dificultades en la digestión? Díselo a la quiropráctica. ¿Tienes,…? ¡Acertaste! Díselo a la quiropráctica.
La verdad es que nos suele funcionar. Aunque tenemos claro que no es agua bendita, es como la medicina que cura casi todo.
Los beneficios del Mindfulness los he probado a lo largo del tiempo. Dentro de la comunidad científica también han sido probados estos efectos:
- Reduce los efectos de la ansiedad y el estrés.
- Favorece la reducción de los problemas de insomnio.
- Protege el cerebro al disminuir los efectos relacionados con el envejecimiento.
- Favorece el desarrollo del autoconocimiento y la autoestima.
- Facilita las relaciones interpersonales.
- Fomenta la creatividad
- Incrementa la capacidad de retener información.
Para poder sentir estos beneficios o cambios en la calidad de vida es imprescindible dedicar un espacio y un tiempo, casi a diario, a la práctica de actividades formales y no formales de Mindfulness. La práctica hace el maestro.
“El saber no es suficiente, debemos aplicarlo. El querer no es suficiente, debemos hacer.”
Bruce Lee
A veces ocurre, que deseamos tanto solucionar una circunstancia que damos todo el poder a una herramienta. Eso es lo que representa el Mindfulness. Es una herramienta, entre las muchas que se pueden encontrar para favorecer una vida más saludable.
Una de las maravillas del Mindfulness es el posicionamiento, la mirada desde la que se observa la situación vivida: te permite estar presente en tus experiencias personales, sin entrar a juzgarlas ni buscar la razón por la que están pasando. Simplemente se observa, te centras en ese momento, y si la emoción es negativa, la dejas ir.
Si deseas ir un paso más, además de la mirada Mindfulness, empieza el proceso de indagación. Una vez que tu mirada está centrada en este momento, con una atención plena, puedes preguntarte a ti mismo: ¿Qué es esto? ¿Qué es esto que estoy viviendo? En numerosas ocasiones, no te llegará ninguna respuesta en el momento. Quizás aparezca más tarde. Pero se inicia un proceso, casi sin darte cuenta de conocimiento de tu momento.
Gracias al Mindfulness somos capaces de ver nuestras emociones como fuente de aprendizaje, que es lo que nos ofrecen. Ya no sentimos la rabia infinita en nuestros corazones. Sabemos que esa rabia vivida, es una más de las emociones que podemos tener con respecto a una situación. Si me acaban de increpar, y siento rabia por ello, gracias a la presencia plena, puedo reconocer que es una emoción, puedo llegar a reconocer qué produce en mi, qué cambios físicos me provoca. Además, me abre la ventana a saber que las emociones son fluctuantes, no se anclan en mi y puedo hacerlas cambiar. Esa rabia vivida no tiene porqué mantenerse eternamente. Reconozco la emoción, reconozco el aprendizaje y lo dejo ir.
El Mindfulness te ofrece las herramientas para llegar a ese aprendizaje. Pero no es el jarabe milagroso.
Y entonces, ¿qué es lo que no cura el Mindfulness?
Desafortunadamente, esta maravillosa herramienta no tiene la capacidad de curación. Es capaz, con la práctica constante de prevenir la recaída en situaciones de depresión. Pero la cura de la depresión, necesita de experiencias más concretas guiadas por un equipo especializado en necesidades psicológicas. Favorece la disminución de sus síntomas pero no los erradica.
Algo parecido pasa en las situaciones de estrés crónico. Aparece al vivir situaciones de vida para las que no vemos salida. Puede aparecer después de haber vivido situaciones extremas que pueden desembocar en ansiedad, ataques de pánico, depresión o incluso intentos de suicidio. Puede llegar a causar daños físicos importantes y emocionales. En ocasiones, la persona que lo sufre, llega incluso a creer que forma parte de su forma de ser, olvidando que es una circunstancia que se está viviendo, no un rasgo de la personalidad. Este tipo de estrés debe ser tratado en profundidad.
Gracias al Mindfulness se pueden aligerar las situaciones de estrés crónico vivido.
En los casos de insomnio, es un maravilloso tratamiento para disminuirlo. Pero sería desaconsejado afirmar con rotundidad que en el 100% de los casos desaparecen las causas que provocan el insomnio grave. La utilización de técnicas de relajación como el escaneo corporal, acogidas como base del Mindfulness, favorecen la disminución de la gravedad y su frecuencia. Pero al igual que la depresión, un especialista en el sueño debe constatar que no existen otras causas subyacentes.
En resumidas cuentas, el Mindfulness no produce cambios sustanciales en la condición física de las enfermedades a las que nos enfrentamos. Pero sí produce cambio en la manera de vivirlos y afrontarlos. Eso ya de por sí, es un gran beneficio. Puede llegar a reducir los síntomas ya que te ayuda a transformar la manera en la que vives tu realidad.
Sea cuál sea el momento que estás viviendo, creo que uno de los mejores beneficios que puedes conseguir gracias al Mindfulness es el ser capaz de reconocer tus sentimientos sobre este momento. Reconoce que estás asustado, con ansiedad después de haber recibido una evaluación médica, disgustado y frustrado. Ya has dado el primer paso. Pon en marcha las herramientas que te ofrece el Mindfulness y lo vivirás, quizás aún con dolor, pero con más calma y paz interior. Vivirlo así, no tiene precio.
Y ya sabes, si estás viviendo una situación complicada, que no sabes cómo solucionar, sílbame y te acompaño a vivirla un poquito mejor.
